DOCENTES: VICTORIA FERNANDEZ & GISELA MAFFEI
Vera, Maximiliano - Banegas, Cristian - Caceres, Ivan - Mark, Behrens - Chavez, Alvaro
Orientalismo
Es la reinterpretación occidental de estilos, símbolos y espacios inspirados en determinadas culturas orientales, que nace en Europa entre finales del siglo XVIII y todo el XIX, como resultado de la expansión colonial y los viajes a oriente. Propone una perspectiva idealista y exótica. Se desarrollaron en las principales ciudades de Europa tales como Madrid, París, Londres y Berlín, pero también en otros países que tenían rutas comerciales con la india como Holanda, Portugal, Dinamarca. Dentro del orientalismo podemos encontrar sub-estilos como neobizantino, neo hindú, neoegipcio y neoárabe. Entre sus obras más emblemáticas están la Gran Mezquita de París, el Pabellón Real de Londres y la fábrica Yenidze de Berlín.
Se lo asocia con la fantasía de lo exótico como forma de escapismo- un lugar lejano donde todo parece más libre, con el lujo, la sensualidad, el erotismo y el misticismo.
A finales del siglo XVIII, Europa buscó, en los estilos del pasado, lo “exótico” como nuevas fuentes de inspiración. “Francia, Holanda, Portugal, Suecia y Dinamarca tenían fuertes vínculos comerciales con la India. Además, Francia desarrolló estrechas relaciones con Argelia y Marruecos en los siglos XVIII y XIX, lo que fomentó poderosamente los contactos artísticos. España, tenía una exuberante cultura morisca dentro de sus fronteras y había estado importando y fabricando alfombras con patrones islámicos durante al menos 700 años antes. El comercio de alfombras islámicas durante el Renacimiento tardío se había desarrollado fuertemente en muchos otros países además de Inglaterra, lo que provocó un estrecho conocimiento mutuo de las tradiciones orientales y occidentales” (John Sweetman.) En este contexto de intensificación de los contactos comerciales y culturales, a lo largo del siglo XVIII y especialmente durante el XIX, comienza a consolidarse el orientalismo. Tras un prolongado proceso de apropiación de elementos materiales y simbólicos, Europa no solo adoptó componentes orientales, sino que progresivamente generó sus propias reinterpretaciones.
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El vendedor de tapices (Mariano Fortuny)
​​El primer gran impacto del orientalismo en la literatura y las artes se produce cuando las ciudades europeas incorporan elementos orientales en la cultura popular. Como observa Alderete M., “También se analiza el orientalismo cómo el traspasó los límites académicos y que se insertó en la vida cotidiana de las metrópolis a través de libros de viajes, espectáculos teatrales y danzas orientales, productos de consumo como perfumes, textiles y decoraciones. Esta dimensión popular del orientalismo lo convirtió en una experiencia estética y comercial, accesible a distintos sectores sociales.” Causando que tras años de exportación y uso de elementos más comerciales se comience a interiorizar en un ámbito más cultural. Grandes obras como “Las Mil y Una Noches” o “Rubaiyat”, comenzaron a circular y fueron inspiradoras de muchas de las obras de este periodo, fusionando elementos de la cultura oriental, con una visión europea distorsionada. “La literatura de viajes, desde Chateaubriand hasta Nerval, convirtió a Oriente en un escenario de evasión poética, un espacio de proyección de deseos y temores europeos más que una descripción objetiva de la realidad.” (Eduard Said, Orientalismo, pag. 57).

Simbad y el Valle de los Diamantes, del Segundo Viaje. Cuento del libro "Las Mil y Una Noches"

Tapa del libro “Rubaiyat”
Este interés europeo comenzó a transformarse en una búsqueda de lo misterioso, lo desconocido, una realidad oculta y sensual que podía conquistar y atraer al público, la Caricatura "Naturaleza humana" (Chicago, 1893.) Es un claro ejemplo de esto ya que el detalle muestra a un empresario turco que intenta atraer multitudes con escenas bíblicas. Al fracasar cambia el cartel a “Vida en el harén, diversiones del sultán”, y las multitudes acuden en masa. Este giro satírico revela cómo el exotismo sensual superaba el interés religioso en la imaginación popular de la época.

Naturaleza humana (Chicago, 1893.)
Sweetman refuerza esta idea al sostener que “La propia elección del artista de los ingredientes islámicos era más importante que las demandas de un tema popular y ‘prefabricado’. (…) Por la misma razón, el extenso uso de temas místicos de Medio Oriente, religiosos y filosóficos, por artistas simbolistas de fines del siglo XIX en ambos lados del Atlántico no se trata aquí. Tales artistas rara vez usaron motivos islámicos en sí, sino que más bien tomaron temas de la literatura árabe o persa como medio de exteriorizar estados interiores de la mente, que a menudo permanecen obstinadamente enraizados en ansiedades europeas.”
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En el campo de la pintura, se observa un fenómeno similar. Tal como señala Edward Said: “La pintura orientalista del siglo XIX no es un reflejo fiel de Oriente, sino una construcción imaginaria que combina observación con fantasía, cargada de erotismo, exotismo y lujo.” (Eduard Said, Orientalismo, pag. 44).
Un caso ilustrativo es “El harem", La pintura orientalista de Frederick (el artista de la pintura) trataba menos sobre el propio Oriente que sobre las fantasías de Occidente; el interior del harén, con sus muros ricamente decorados y figuras lánguidas, ofrecía una imagen de alteridad que resultaba a la vez seductora y controlable.

El Harem – (John Frederick Lewis)
El orientalismo del siglo XIX debe comprenderse como un fenómeno cultural, artístico y político que atravesó Europa. No se redujo a una moda estética vinculada al gusto por lo exótico, sino que operó como un discurso sustentado en el afán cientificista y la imaginación romántica. Las disciplinas orientalistas clasificaron a Oriente como objeto de estudio, proyectando sobre sus pueblos una imagen de atraso frente al progreso europeo, lo que contribuyó a legitimar la expansión colonial. Paralelamente, el Romanticismo exaltó los aspectos místicos y sensuales de Oriente, configurándolo como escenario de evasión y fantasía. En este marco, el orientalismo funcionó como reflejo de la mentalidad eurocéntrica: instrumento de apropiación y control cultural, pero también expresión de admiración y deseo por lo desconocido.
CONSIGNA B




Cúpula acebollada del Ecoparque, recurso del historicismo porteño que apelaba a lo exótico como parte de la escenografía arquitectónica del antiguo zoológico.


Detalles arquitectónicos del Pabellón de elefantes y el templo indostánico , inspiradas en el Neohindú (estilo orientalista del período historicista), con ornamentación inspirada en templos de la India.



Edificación de estilo neoárabe en el antiguo Zoológico de Buenos Aires, Utilizado como recinto de jirafas y ñandúes.